viernes, 20 de julio de 2012

Artículo de opinión: Y llegó la hora de escalafonarse, sálvese quien pueda..!


Larga ha sido la lucha que  el estamento docente  ha debido recorrer en busca de un salario más digno. Gestiones y reclamos  ante las autoridades de turno no se han dado ha esperar. Sin embargo,  las mejoras a sus remuneraciones no se evidencian.

Las regulaciones que adopta y establece el Ministerio de Relaciones Laborales, en lo referente a la política salarial, sujeta a los empleados a regirse a partir de los parámetros que establece la  Ley Orgánica del Servicio Público (LOSEP).


 Los docentes deben acatar  las disposiciones  del Reglamento de Escalafón del profesor universitario, en su fase inicial, aprobado por Consejo Universitario. Mientras el Consejo de Educación Superior expide el Reglamento de Escalafón Docente establecido en la Ley Orgánica de Educación Superior -LOES-.

Las pautas que guiarán el   proceso de escalafonamiento fueron aprobadas por el Honorable Consejo Directivo -HCD-, el 28 de febrero del 2012, de ahí a la fecha nuestro abnegado  Rector,  Dr. Edgar Samiego, personalmente se ha dirigido a cada una de las facultades con el fin  de persuadir  a gremios de docentes y empleados de la situación real de la Universidad Central y la  “obligación” que tiene  de cumplir con lo que dispone la ley.

¿Qué es el escalofonamiento ?  A esta interrogante que  todavía no termina de ser resuelta, se le suman otras  como ¿qué implica escalofonarse?, ¿por qué si es una ley que defiende el derecho del docente, su aceptación sigue en tela de jucio? , ¿Al escalafonarse el docente pierde su “aparente” autonomía? ¿Cuáles son los requisitos para poder escalofonarse?

Y no conforme con esta  incertidumbre, Gustavo Pinto, Subdecano de Figempa, saca a colación inconsistencias "legales" que el reglamento aprobado por el  HCD  ha pretendido pasar por alto. Entre las que se destaca la Disposición General que establecía la prioridad de docentes jóvenes( qué es ser joven?) para el incremento del tiempo de dedicación. 


Para ascender escalafonariamente a tiempo completo debían firmar un documento en el que se comprometían a no retirarse de la Universidad en los siguientes dos años de ejercicio. La irrupción de esta estipulación implicaba la retención de la diferencia salarial respectiva. Pinto se opuso a su aprobación en la reunión de Consejo Universitario (así consta en actas).


 Posteriormente hubo malestar en muchos docentes. Se exigía la firma del documento no solamente a los que ascendían escalafonariamente a tiempo completo. Sino a los que ya tenían, en su nombramiento, ese tiempo de dedicación. La expresión de ese malestar por parte de muchos profesores hizo que en una reciente reunión de Consejo Universitario se elimine dicha disposición.

 A estos inconvenientes, se suma  la situación real de varias facultades de la UCE donde la mayor parte de su planta docente no son profesores a tiempo completo. Y que al trabajar en un sector privado, se rehúsan a  entrar en el proceso de escalafonamiento, indispuestos a perder su otra fuente de ingresos.

La actitud clientelar ¿en serio ha terminado?, como bien lo afirma Samaniego. O quizás esta ley lo que hace es entorpecer al sistema burocrático. Colocando una serie de trabas,  que incrementan el número de  docentes que se retiran de la línea de la educación y optan por perpetuarse en instituciones privadas.

Sin más reparos,  los jóvenes en formación debemos resignarnos a esperar que la cátedra  abandonada por un joven profesor, que al no cumplir con todo el tumulto de títulos que obliga la “Academia”, y   recibir mejores ofertas laborales y salariales en otros lugares (como por ejemplo México), haya  emigrado. Y  su puesto  ocupado por algún profesor, que en la plenitud de su vejez, nos inculque a partir de textos y “doctrinas” tan rejuvenecedoras como  la Perestroika. 


Subida por Lizeth Alvarado

1 comentario:

  1. buena buen, te has esmeradoooooo..... jaajajaj sigue asi

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